Descripción
El mago sube sus mangas y anuda alrededor del brazo una goma elástica tal y como se pone para parar la circulación de la sangre.
Coge un cuchillo de carnicero y, sin dudarlo, da un golpe contra su antebrazo con la misma fuerza que un leñador golpearía el brazo con el hacha. ¡La hoja se hunde profundamente en el brazo y mueve la hoja en la herida! La sangre se escapa de la herida y va corriendo a lo largo del brazo. El mago se acerca a los espectadores para demostrar que no es comedia. La herida es profunda, la hoja toca el hueso…
Finalmente, el cuchillo se separa de la herida. El mago limpia la herida. ¡El antebrazo se ha curado milagrosamente como si hubiera pasado por las manos de un cirujano de primera!
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